martes, 24 de noviembre de 2015

ORIGEN DE "EL QUINTO PINO"



El quinto pino es una de las expresiones más utilizadas en España. ¿Quién no la ha escuchado alguna vez?

Es curioso destacar que el nacimiento de esta conocida expresión nace del Madrid del siglo XVII, en la época de Felipe V. A lo largo del Paseo de Recoletos se plantaron cinco frondosos pinos. El primero, ubicado en la parte baja del paseo; y el quinto, emplazado a las afueras de la ciudad (en la actual zona de Nuevos Ministerios).




Hasta los dos primeros (cerca de la actual Atocha) los ciudadanos podían llegar sin ningún tipo de esfuerzo. En cambio, al último, sólo llegaban los enamorados que quedaban “en el quinto pino” para poder besarse sin las miradas indiscretas de terceros. Así se hizo usual entre los más acaramelados concertar citas en este alejado paraje madrileño y dar rienda suelta a la pasión.


Con el paso del tiempo, esta coloquial expresión se utiliza para referirse a un lugar que está muy lejos. Pero no es la única referencia que podemos encontrar. Como por ejemplo la que cita al mismo Jesucristo. El elegido de Dios era un tanto “olvidadizo”, ya que es famoso por perder miles de cosas dependiendo del lugar en el que se encuentre. De esta misma forma, en las costas mediterráneas es frecuente oír “dónde cristo perdió el gorro o la zapatilla” en lugar de “un lugar muy lejano”. En otras zonas, de forma mucho más coloquial se suele decir “donde perdió el mechero”. Pero no es en nuestro país en el único lugar en el que se puede escuchar esta frase, en Latinoamerica también creen que quién perdió algo por el camino fue el diablo. Y debió de ser muy lejos, cuando alguien dice: “eso está dónde el diablo perdió el poncho”.

Eloy Iglesias


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