Ejercicios “a espejo”: Esta actividad
viene muy bien para empezar una clase de música ya que para los niños es
divertido y puede ser una buena manera para motivarles y captar su atención.
Consiste en lo siguiente: Los alumnos se dispersan por la clase de manera que
todos queden frente al profesor. En este momento y tras conseguir absoluto
silencio pondremos música, los niños harán que son “un espejo” y por tanto,
imitarán al profesor.
Podemos utilizar este ejercicio para introducir una música,
un ritmo o simplemente como calentamiento. Para no aburrir a los alumnos,
dependiendo el curso en que nos encontremos podemos elegir voluntarios para que
hagan el papel de profesor o que ellos mismos traigan música que les guste y la
actividad se haga más amena.
Partituras con
palabras: Actividad dirigida para los primeros cursos de
primaria. A veces nos resulta difícil explicar a los niños que es una
partitura o que sigan un ritmo de memoria. Podemos proponer a nuestros alumnos
que pongan un nombre rítmico a ciertos objetos que colocaremos seguidos en una
mesa (Ejemplos: pelota-boing, cuerda en zig-zag – ras ras ras…). A
partir de aquí los niños habrán fabricado su propia partitura mientras el
profesor hace que la lean dentro de un ritmo. Progresivamente, podemos introducir los
compases haciéndoles medir mientras leen o los más mayores pueden
introducir signos de repetición o incluso formar un canon dependiendo de lo que
queramos trabajar con ellos.
Circuitos
musicales: Hacemos un circuito por toda la clase con el material
que tengamos (sillas, bancos, colchonetas, algún instrumento de percusión…).
Los niños tendrán que hacer el recorrido bailando al ritmo de la música y
cuando se pare esta, se convertirán en estatuas. Aquí puedes fomentar su
creatividad pidiéndoles que sean estatuas de animales, libre. Esta actividad
puede servir para finalizar una clase en la que estén cansados ya que es muy
dinámica y les deja libertad para expresarse.
Escondite inglés: Actividad
didáctica para aprender la escala natural o alguna canción. Para los más
pequeños puedes utilizar la escala natural. Con un instrumento,
(preferentemente un piano para poder crear más armonías) los niños irán
cantando la escala natural al tiempo que el profesor va tocándola en el
instrumento de espaldas. Cuando el profesor se da la vuelta los niños dejan de
cantar y quedan estáticos. El niño que se mueva volverá al sitio del comienzo.
El niño que llegue antes y toque al profesor con la mano ganará y
será el que toca la escala natural en el instrumento que el docente está
utilizando. Cuando son más mayores puedes pedirles mayor calidad en la
forma de cantar y elegir distintas canciones.
Cuentos sonoros: Para los más pequeños,
podemos contarles un cuento siendo los narradores, los alumnos pueden
intervenir haciendo sonidos de ambiente, canciones o lo que se nos ocurra. Así
fomentaremos su creatividad pidiéndoles que propongan sonidos o inventar en
clase un cuento entre todos. Si son más mayores, podemos repartir personajes y
pueden representar la historia mientras que otros pueden hacer los sonidos de
fondo. Dependiendo el curso podrán representar con mímica o con diálogos cortos
que tengan que memorizar.
Carrera musical: Para ejercitar la
discriminación auditiva de los alumnos distribuiremos la clase en grupos de
cinco o seis niños en filas paralelas. A cada fila se le atribuirá un sonido o
un instrumento. Mientras, un voluntario a espaldas de los demás niños, irá
tocando los instrumentos o emitiendo los sonidos según le vaya indicando el
profesor. Cada fila de niños, cada vez que suene su instrumento
avanzarán un paso al frente (si esto resulta un caos, podemos pedir a los
alumnos que avancen una baldosa o algo similar). Cuando el profesor decida,
finalizará la carrera y ganará el grupo que más avanzado quede.
www.enclavedesol.jimbo.com
Ejercicios “a espejo”: Esta actividad
viene muy bien para empezar una clase de música ya que para los niños es
divertido y puede ser una buena manera para motivarles y captar su atención.
Consiste en lo siguiente: Los alumnos se dispersan por la clase de manera que
todos queden frente al profesor. En este momento y tras conseguir absoluto
silencio pondremos música, los niños harán que son “un espejo” y por tanto,
imitarán al profesor.
Podemos utilizar este ejercicio para introducir una música,
un ritmo o simplemente como calentamiento. Para no aburrir a los alumnos,
dependiendo el curso en que nos encontremos podemos elegir voluntarios para que
hagan el papel de profesor o que ellos mismos traigan música que les guste y la
actividad se haga más amena.
Partituras con
palabras: Actividad dirigida para los primeros cursos de
primaria. A veces nos resulta difícil explicar a los niños que es una
partitura o que sigan un ritmo de memoria. Podemos proponer a nuestros alumnos
que pongan un nombre rítmico a ciertos objetos que colocaremos seguidos en una
mesa (Ejemplos: pelota-boing, cuerda en zig-zag – ras ras ras…). A
partir de aquí los niños habrán fabricado su propia partitura mientras el
profesor hace que la lean dentro de un ritmo. Progresivamente, podemos introducir los
compases haciéndoles medir mientras leen o los más mayores pueden
introducir signos de repetición o incluso formar un canon dependiendo de lo que
queramos trabajar con ellos.
Circuitos
musicales: Hacemos un circuito por toda la clase con el material
que tengamos (sillas, bancos, colchonetas, algún instrumento de percusión…).
Los niños tendrán que hacer el recorrido bailando al ritmo de la música y
cuando se pare esta, se convertirán en estatuas. Aquí puedes fomentar su
creatividad pidiéndoles que sean estatuas de animales, libre. Esta actividad
puede servir para finalizar una clase en la que estén cansados ya que es muy
dinámica y les deja libertad para expresarse.
Escondite inglés: Actividad
didáctica para aprender la escala natural o alguna canción. Para los más
pequeños puedes utilizar la escala natural. Con un instrumento,
(preferentemente un piano para poder crear más armonías) los niños irán
cantando la escala natural al tiempo que el profesor va tocándola en el
instrumento de espaldas. Cuando el profesor se da la vuelta los niños dejan de
cantar y quedan estáticos. El niño que se mueva volverá al sitio del comienzo.
El niño que llegue antes y toque al profesor con la mano ganará y
será el que toca la escala natural en el instrumento que el docente está
utilizando. Cuando son más mayores puedes pedirles mayor calidad en la
forma de cantar y elegir distintas canciones.
Cuentos sonoros: Para los más pequeños,
podemos contarles un cuento siendo los narradores, los alumnos pueden
intervenir haciendo sonidos de ambiente, canciones o lo que se nos ocurra. Así
fomentaremos su creatividad pidiéndoles que propongan sonidos o inventar en
clase un cuento entre todos. Si son más mayores, podemos repartir personajes y
pueden representar la historia mientras que otros pueden hacer los sonidos de
fondo. Dependiendo el curso podrán representar con mímica o con diálogos cortos
que tengan que memorizar.
Carrera musical: Para ejercitar la
discriminación auditiva de los alumnos distribuiremos la clase en grupos de
cinco o seis niños en filas paralelas. A cada fila se le atribuirá un sonido o
un instrumento. Mientras, un voluntario a espaldas de los demás niños, irá
tocando los instrumentos o emitiendo los sonidos según le vaya indicando el
profesor. Cada fila de niños, cada vez que suene su instrumento
avanzarán un paso al frente (si esto resulta un caos, podemos pedir a los
alumnos que avancen una baldosa o algo similar). Cuando el profesor decida,
finalizará la carrera y ganará el grupo que más avanzado quede.
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