Érase que se era y no os lo vais a creer, un taller de bicicletas y lo que va a suceder.
En ese bonito taller se fabricaban bicicletas especiales, y a quienes las pedían no se las hacían iguales.
En ese bonito taller se fabricaban bicicletas especiales, y a quienes las pedían no se las hacían iguales.
A Perico el muy glotón una bicicleta con un gran sillón. A una niña muy traviesa, una bicicleta de color frambuesa. A Vicente, que es muy inteligente, una bicicleta fluorescente. Y así, así.
Crearon una bonita bicicleta a la que llamaron "Cleta". Pronto la pusieron en camino, la casa de una niña que la esperaba con cariño.En un camión la subieron y la etiqueta con la dirección en el manillar le pusieron. Pero en una curva muy cerrada, "Cleta" salió disparada. ¡Pobrecilla!
Por fortuna cayó de ruedas y no tuvo secuelas. "Cleta" buscaba y buscaba y la dirección no encontraba.
Por el camino se encontró una señal que le habló:
"Párate aquí mismo, que no te chafe ningún turismo. Soy la señal de STOP y siempre alertando estoy.
Siguió su camino por el arcén de la carretera y de nuevo una señal le dijo: ¡Espera! Mira bien y cede el paso, ¡eres un caso!
"Cuando me veas en rojo pronto te has de parar, en naranja bien te tienes que fijar y sólo en verde puedes pasar".
Siguiendo los carteles, las señales y las calles, a su dirección llegó y con la rueda en la puerta golpeó.
La niña la puerta le abrió y "patas arriba" al suelo cayó, ¡qué alegría, que ilusión, una bicicleta que mola mogollón!
Al manillar se abrazó. No cenó, no comió, y con Cleta se acostó.
A partir de aquel momento muchas aventuras vivieron la niña y Cleta el mundo entero recorrieron.
· El que respeta y tiene cuidado un buen futuro se está labrando.
· Fíjate bien en las señales y sigue dándole a los pedales.
Este cuento está extraído de la DGT.
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